Decir que la productividad es importante es quedarse corto, pero es especialmente importante cuando trabajas lejos de tu equipo. No solo porque quieres mantener tu empleo (si no haces tu trabajo, no tendrás un trabajo por mucho tiempo), sino porque tu equipo depende de que hagas tu trabajo y seas productivo. Esa es una de las principales diferencias entre ser un miembro del equipo y ser un compañero de equipo.
Admitámoslo, algunos días esto es más fácil que otros. Todos tenemos momentos en los que nos sentimos atascados, y cuando eres un compañero de equipo a larga distancia, no tienes a alguien en la siguiente oficina que te ayude. Y seamos sinceros, a veces son tus compañeros de equipo los que te tienen atascado. Interrupciones constantes en Slack o a través de mensajes de texto, demasiadas reuniones, múltiples solicitudes de ayuda… Todo esto plantea la gran pregunta: ¿Cómo manejas tu propio rendimiento siendo un buen compañero de equipo?
Recuerda que no estamos hablando solo de estar ocupados. Dios sabe que todos estamos “ocupados”. No es tan difícil estar ocupado. Pero ser productivo es diferente. La productividad implica hacer el trabajo correcto de la manera correcta en el momento correcto.
Las 4 Preguntas
A continuación, hemos ideamos cuatro preguntas que puedes hacerte cuando te sientes atascado que pueden ayudarte a avanzar y seguir adelante:
- ¿En qué estoy enfocado en este momento?
- ¿En qué debería estar enfocado?
- ¿Qué estoy enseñando a los demás sobre cómo ayudarme a ser productivo?
- ¿Qué hábitos tengo que impactan mi productividad?
Es fácil sacrificar tu propia productividad en nombre de ser un miembro de equipo confiable o ser visto como un buen empleado. Pero cuando nos enfocamos en la verdadera productividad, en lugar de simplemente completar tareas, (y ayudamos a otros a hacer lo mismo), nos convertimos en el tipo de compañero de equipo que aspiramos a ser y que el resto del equipo valora tener.
Y si quieres llevar tu productividad al siguiente nivel, hay algunas mejores preguntas que puedes encontrar en el libro Lo Único de Gary Keller.